La reciente polémica entre Ryan Reynolds, Justin Baldoni y Blake Lively ha captado la atención de Hollywood y sus seguidores. Todo comenzó en enero de 2024 durante una reunión en el penthouse de la pareja Reynolds-Lively, donde supuestamente Ryan tuvo un enfrentamiento con Baldoni sobre comportamientos inapropiados en el set de It Ends With Us. Mientras que Baldoni lo describe como un evento “traumático” y acusa a Reynolds de “berating” (regañarlo agresivamente) por “fat-shaming” a Lively, un testigo afirma que el actor canadiense fue firme pero no agresivo. Entonces, surge la pregunta: ¿Ryan solo estaba defendiendo a su esposa o realmente cruzó una línea?
Según los informes, la reunión fue convocada para discutir asuntos de producción tras la reanudación del rodaje detenido por las huelgas de la industria. Sin embargo, Baldoni afirma que él y otros asistentes fueron “sorprendidos” con una lista de quejas inesperadas, entre las cuales se encontraba el presunto fat-shaming hacia Blake Lively. Por su parte, una fuente cercana a la pareja asegura que todos los presentes estaban informados de los temas a tratar, incluyendo las acusaciones contra Baldoni.
Un testigo presencial declaró a TMZ que Ryan expresó su enojo de manera “apasionada” y “firme”, pero sin llegar a gritar ni humillar. Esto contrasta con las declaraciones de Baldoni, quien asegura que nunca antes le habían hablado de esa manera. Este contraste plantea interrogantes sobre si Baldoni está exagerando el incidente o si la firmeza de Reynolds fue percibida de forma diferente debido al contexto emocional de la reunión.
En medio de esta controversia, Blake Lively también ha sido un punto focal. Según Baldoni, las acusaciones de fat-shaming son infundadas, mientras que Lively sostiene que experimentó comentarios humillantes. Para muchos, la decisión de Ryan de intervenir directamente en defensa de su esposa refleja una dinámica de apoyo mutuo en su matrimonio, aunque también podría interpretarse como una reacción impulsiva que alimentó el conflicto.
La percepción del comportamiento de Ryan Reynolds depende de cómo se interpreten las dinámicas de poder y emociones en juego. Por un lado, defender a su esposa contra comentarios inapropiados parece un acto noble y necesario en un entorno como Hollywood, donde las actrices frecuentemente enfrentan presiones relacionadas con su imagen. Por otro lado, si su defensa cruzó la línea hacia un comportamiento hostil, podría cuestionarse si esa fue la mejor manera de abordar la situación.
La descripción de Baldoni sobre el encuentro como “traumático” ha sido criticada, especialmente porque otros asistentes no respaldan esa versión. Además, sus declaraciones forman parte de una demanda por $250 millones contra el New York Times, lo que podría influir en su narrativa para fortalecer su caso legal.
La verdad sobre este enfrentamiento probablemente esté en algún punto intermedio. Ryan Reynolds pudo haber sido apasionado y directo, pero no necesariamente agresivo. Sin embargo, la forma en que se perciben sus acciones depende tanto de los testigos como de las emociones personales de quienes estuvieron presentes. Al final, esta situación pone de manifiesto las complejidades de las relaciones personales y profesionales en la industria del entretenimiento, donde las líneas entre lo profesional y lo personal a menudo se difuminan.
Hollywood, como siempre, nos deja con una historia abierta a interpretación, donde los protagonistas no son solo actores, sino también seres humanos enfrentando sus propias batallas.