Kate Beckinsale, la famosa actriz de la saga Underworld, compartió una emotiva historia sobre su experiencia de aborto espontáneo en un video publicado en Instagram el 29 de diciembre. Esta historia no solo es una reflexión sobre el dolor personal, sino también una lucha valiente contra las injusticias en la industria del entretenimiento, especialmente en el contexto de la batalla legal que se está librando entre Blake Lively y Justin Baldoni.
Beckinsale explicó que, durante su carrera en Hollywood, tuvo que enfrentar una situación extremadamente dura y sin empatía. Una de las experiencias más dolorosas que vivió fue cuando se vio obligada a hacer una sesión de fotos justo después de haber tenido un aborto espontáneo. Ella compartió: “Dije que no podía. Estaba sangrando. No quería cambiarme de ropa frente a personas que no conocía y hacer una sesión de fotos. Estaba perdiendo un embarazo.” Sin embargo, su representante le respondió: “Tendrás que hacerlo, o te demandaremos.”
Este es un claro ejemplo de la crueldad y falta de compasión que muchas actrices enfrentan en la industria del cine. Este tipo de demandas irracionales e inhumanas no fue el único desafío que Beckinsale tuvo que enfrentar. También relató una película en la que participó, donde fue llamada “puta” porque expresó su frustración por la falta de profesionalismo de un compañero masculino. Ella explicó que, aunque tenía empatía por el actor, que evidentemente estaba atravesando un problema personal, la espera constante de horas para que él aprendiera sus líneas la mantenía alejada de su hija, lo que afectaba su vida personal. En respuesta, el estudio le ofreció una bicicleta para “matar el tiempo” mientras esperaba, y fue insultada durante una toma, siendo llamada “perra estúpida.”
Beckinsale no dejó de criticar a la industria de Hollywood por su falta de apoyo y protección hacia los artistas, especialmente las mujeres. Ella relató situaciones en las que fue puesta en peligro físico durante escenas de acción, sin la preparación adecuada. Estas experiencias le dejaron lesiones graves, pero no recibió el apoyo necesario por parte de la producción.
Las historias de Beckinsale no son únicas. Ella enfatizó que la industria del cine no solo impone estándares de belleza poco realistas, sino que también crea un ambiente lleno de abuso, explotación y falta de protección para los artistas. En su video, también expresó su agradecimiento a Blake Lively, quien recientemente presentó una demanda contra Justin Baldoni por acoso sexual y represalias después de alzar la voz. Beckinsale consideró que este es un claro ejemplo de cómo estos problemas continúan en la industria, a pesar de los avances logrados por movimientos como el #MeToo.
Blake Lively demandó a Justin Baldoni y a su productora Wayfarer Studios, acusándolo de acoso sexual durante el rodaje de la película It Ends With Us y de haber orquestado una campaña de difamación contra ella después de que habló públicamente sobre el abuso. Lively también expresó la esperanza de que su demanda sirviera para exponer las tácticas retaliatorias en la industria y proteger a aquellos que son objetivo de ataques similares.
La batalla legal entre Lively y Baldoni está generando una gran atención y planteando preguntas sobre la eficacia de las medidas de protección para aquellos que denuncian el acoso sexual y sobre la equidad en la industria del entretenimiento. La historia de Beckinsale, con las duras experiencias que compartió, resalta una realidad alarmante: aunque ha habido algunos avances, Hollywood sigue siendo un lugar donde el silencio y el miedo predominan entre aquellos que se atreven a alzar la voz.
Beckinsale afirmó que “quejarse del abuso no debería resultar en más abuso, especialmente en el trabajo, donde deberían existir medidas de protección inviolables.” Hizo un llamado a un cambio en la forma en que la industria del entretenimiento trata a quienes denuncian abusos, y expresó su deseo de ver un sistema más justo, donde nadie tenga que enfrentar represalias por decir la verdad.
La historia de Beckinsale es un recordatorio poderoso de los problemas que siguen existiendo en la industria del entretenimiento y una llamada a la acción para crear un entorno de trabajo seguro y justo para todos.